miércoles, 21 de julio de 2010

Cinco poemas para Dios.

EPIFANÍA. (26.)

El poeta sigue la estrella que guió a Los Magos del más hermoso cuento.
Llegan a una cueva con cunita de paja, bebé,
Mamá, papá y los invitados de honor: borregos vacas y el burro.
Bambi me mostró la crudeza animal del alma. De pronto fue herido
Al caer su madre. Toda la ternura se lleva, como dejar la libreta en una tonta silla.

Un villancico, un cazador, oro para hacer trueque, incienso para dormir, mirra para qué¿?